lunes, 4 de julio de 2011

Raag Bhairow


Noche, silencio y estrellas componen esta melodía abrigada por la llama de la vela que mientras se mantenga encendida no cesa la sinfonía. Canto la noche, el palta, alankar, todo es Uno en estado de devoción.

Oh! puedo sentir las emociones hirviendo desde el núcleo de la Tierra con toda su oscuridad y amor, vienen hacia mi, en ese momento las acojo y las canto llevandolas con la fuerza del prana hacia las estrellas. Arriba se difuminan con todos sus colores como fuegos artificiales, se expanden hasta perderse.

Devoción se presenta como camino, en ese sendero todo en absoluto es sagrado y respetado. Agradecimiento por cada gota que riega y nutre el ser. No existe alternativa para el alma, y en ese preciso momento se abre el telón, aparece el Ego con un abanico inmenso de posibilidades, alternativas llenas de colores, quien te dijo que no existe alternativa?. El alma reconoce ese lenguaje, atención!, el mismo abanico que abraza y promete, a la mínima te abandona secandote en su própia falsedad. Si, el apego es fuerte, está enraizado en el ADN. Todo el cuerpo se retuerce en espiral bajo el llanto del desapego, entrega para poder ver con nitidez. Aroma de hierba seca es el colchón, se desgarra el velo de la ignorancia hasta el punto de conciencia, claridad muestra que no existe nada donde agarrarse, única alternativa, fluir. Suavidad, desapego, la vida en real expresión. Todo es amor, no hay nada que temer, todo es un infinito oceano de amor esperando a todos sin excepción. La única alternativa es lo mas precioso que tenemos. Consciencia aflora, el Alma cierra el telón, pero antes de cerrarlo llama al gran abanico atractivo mostrado por el Maya y lo deposita en el río. Todo se convierte en agua.

La exhalación, el prana es la corriente que lleva las aguas. El Ser invoca sus ancestros e invita a todos los seres y elementos a participar en esta corriente transformadora, donde el Ego se convierte en pura Devoción. Se abren las alas, vista de águila sobre el precipicio, confianza.

En esta composición destaco la importancia de los elementos y su equilibrio en uno mismo. Ser libre en medio de la naturaleza, donde la luna observa cada paso y fundirse entre fuego, aire, tierra, agua y éter. La Madre abre sus brazos al hijo en absoluta quietud y le muestra al Padre. Creatividad es el Ser, Devoción el camino. Este raag me recuerda el camino y sobre todo que el propio Ser es el camino.

La vela sigue encendida, sigue el canto...

Gracias por poder agradecer, con amor.

Fernando Mohan


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